lunes, 30 de julio de 2018

Concurso de Poesía #pasionesdeverano de Zenda



EL ALBA


Nada nos decíamos. Sólo se oía
el torpe discurso del mar antes del alba.

Era
realmente difícil pronunciar el adiós
en los breves tiempos
que nos iba dejando la tartamuda orilla.

Y amanecía.
                        La aurora
lo empujaba todo luz a luz
y metro a metro
el agua se llenaba la boca de arena.

Casi nos mojamos de avaricia de amor.

Nos levantamos en silencio. Puede
que te nombrara algo incorrecto
si te hablé de otro fracaso.

Las gaviotas nos juzgaban, la playa
ya no era el eco de lo que fue en la noche.

Amanecía, yo lo sé
por el cielo ensangrentado de nuestro color favorito.

Y de pie, sin más sonidos,
seguía el mar torpemente su discurso. Siempre
alguien olvida cuándo no decir nada.

                                                           Era
sinceramente difícil concretar el final
en el largo tiempo
que duró nuestro orgullo.

Hubiera sido
más sencillo
dejar que el nuevo día hablara por sí solo.



LEONARD COHEN

                                   But lets leave these lovers wondering
                                   why they cannot have each other,
                                   and let's sing another song, boys,
                                   this one has grown old and bitter...

Es más litúrgica la cama que no espera,
es más elocuente el semen como bestia
está más desnuda tu mirada que no miro
porque en ese campo ya hundí todas mis bocas
y todo mi tuétano se volvió un mal demonio
pues en cada recuerdo habita un espejismo
una ilusión de que el barco ya no es pecio
sino un fulgor triunfal entre los diques
del astillero del futuro que no llega
y entro en mi cama como se entra en las escuelas
a aprender a olvidarte como se olvidan los hijos
del vientre y del juguete que se oxida
como se olvida el mar del marinero
como se rompe una ventana con un libro
de poemas que cayeron en veranos
de historias tan salvajes que ahora vuelan
donde nunca hicieron nido los fantasmas
porque hicimos de lo oscuro un territorio
que sólo pueden habitar los que no fuimos
y cierro los ojos con actitudes lejanísimas
al sentir un frío tenaz como una lluvia
golpeando el alféizar, llamándome a filas
a volver a escribirte que no te echo de menos
que si acaso escribir tiene razón para los locos
no soy menos cuerdo por decirte una mentira
por tratar de comprender a los ahorcados
por querer vender quincalla de nostalgia
al dios misericordioso de algún mito
y sueño que no sueño que te tengo
aún entre mis brazos como en un mal almanaque
que me sé cada taxi que pasa por tu puerta
cada verbo que usas con extraños
cada lunar cobijado entre tus senos
porque amar tiene un cielo reservado
para aquellos que han sabido pecar.
                                                           Y supimos.

Pero no ignores que yo también puedo abandonarte
que la derrota es un tren que no negocia
que desconoces de mí lo que yo mismo desconozco
que negarnos será sólo cuestión de perder el infinito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario